inútil como un supositorio de sabor a fresa, increíble como un deshollinador de culetes...

la comida esta fría, dejala en la ventana a ver si se calienta...que bohemio es todo.

jueves, 19 de agosto de 2010

De hace tres años.

Llegue a casa a las 6 de la mañana, pude ver que mi madre me había dejado un perrito caliente encima de la mesa, curioso, perrito caliente, frío.
Lo metí enseguida en el microondas, 1 minuto. Volví a la sala de estar, encendí la tele y me senté. El microondas emitió ese ruidillo tan agradable que hacen cuando acaban.
Una manera increíblemente absurda para darme cuenta de lo rápidos y abundantes que son los minutos, y que manera mas fructífera tengo de tirarlos a la basura.

Necesito que me lo corrijan

Sentimiento y el ser inteligente

En todo ser dotado de razón, aparecen los sentimientos sustituyendo al instinto en medida que la inteligencia es mayor. Los seres racionales no precisan del instinto para su supervivencia tanto como el ser irracional (animal común) lo haría. El instinto es la herramienta mediante la cual la naturaleza se encarga de que el animal carente de razón obre como ha de hacerlo para asegurar la supervivencia de la especie. Por ejemplo, a una leona no se le podría explicar (o mejor dicho no podría razonar, dada su inteligencia) el por que habría de cuidar esta de su cría, y por ello la naturaleza dota a esta especie con el instinto para que obre como es debido para llegar a dicho fin. Con esto podemos sacar que los animales solo pueden tener sentimientos en medida equiparable a su nivel de razón.
Por otro lado, el ser racional no precisa del instinto para su supervivencia, pues este puede comprender perfectamente como ha de actuar para seguir adelante. Al estar dotado de razón, el ser inteligente correría peligro si no estuviesen sus acciones orientadas por el sentimiento que sustituye al instinto (lo cual no seria completamente exacto pues el instinto sustituye tanto como la razón como al sentimiento). El sentimiento no indica que acción ha de hacerse, pero si da un objetivo y las impulsa.
De no ser por los sentimientos el ser inteligente no podría sustentarse porque la razón pura (hablamos de razón pura cuando esta carece del impulso del sentimiento , siempre en el ámbito teórico ya que en el practico siempre intervienen tanto la inteligencia como el sentimiento en mayor o en menor medida) no encontraría razón alguna para querer asegurar su existencia y mucho menos la de la especie y por ello, si decimos que los sentimientos actúan como somnífero para esta acción de la razón en cuanto al ámbito de la busca de un porque, si podemos decir que estos atan al individuo pensante a la vida y lo mantienen temeroso del fin de esta y con ello, la naturaleza asegura una vez mas las supervivencia de los seres vivos.
Con esto podemos decir, que mientras más irracional es un animal, mas fuerza tiene el instinto y cuando más racional y por ende, inteligente, mayor es el peso del sentimiento que se encargue de regular dicha capacidad de pensamiento objetivo en sus acciones. Por ello, los más inteligentes serán siempre los que mayores males espirituales sufran, aunque aparentemente puedan estar menos afectados que otros seres también dotados de inteligencia pero en menor medida, que son más fuertemente abatidos por los problemas derivados del sentimiento. Este abatimiento ha de ser falso, ya que también cuanto mas inteligente, mayor es la capacidad para sobrellevar los problemas y encontrar soluciones a ellos.
Teniendo todo esto en cuenta, podemos decir abiertamente: Los sentimientos son el medio mediante el cual la naturaleza nos esclaviza atándonos a la vida.
La supresión del sentimiento es imposible en cualquier ser racional, ya que incluso la intención de suprimirla, ha de estar movida por el sentimiento mismo. Lo único que esta en la mano del ser racional es delimitar el ámbito de actuación de los sentimientos, pero quedando siempre la razón subordinada a dicho empuje. Por ello el sentimiento ha de ser siempre medio de la naturaleza para asegurar la vida, pero nunca guía directa para los actos, pues todo acto a pesar de estar impulsado por el sentimiento ha de estar conducido por la razón. Es decir, el sentimiento puede darnos el fin, que es la vida, per nunca la conducta para vivirla.