Llegue a casa a las 6 de la mañana, pude ver que mi madre me había dejado un perrito caliente encima de la mesa, curioso, perrito caliente, frío.
Lo metí enseguida en el microondas, 1 minuto. Volví a la sala de estar, encendí la tele y me senté. El microondas emitió ese ruidillo tan agradable que hacen cuando acaban.
Una manera increíblemente absurda para darme cuenta de lo rápidos y abundantes que son los minutos, y que manera mas fructífera tengo de tirarlos a la basura.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Tu blog es increíblemente hilarante.
ResponderEliminarTus entrañas hablan por si solas.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPor un momento en pensado que estaba en mi antiguo blog. Exactamente los mismos colores y las mismas cosas (de hecho, hasta tenía algo así de blog tan malo y estúpido... y yo como autoseguidor)las mismas "divertido, interesante, guay".
ResponderEliminarextraño, extraño, extraño.
Lo siento, no sigo blogs...y menos el de un tipo de Murcia que ni conozco
ResponderEliminarjajajaja
que monaaada